sábado, 22 de noviembre de 2014
lunes, 3 de noviembre de 2014
El Molino D'enmedio
Si haces el recorrido recomendado para el GR7 a su paso por Los Barrios (Cádiz), es posible que pases por la puerta de este molino, marcado en los mapas como Molino de en Medio. Y digo “posible” porque la deficiente señalización en este tramo casi con toda seguridad guiará tus pasos por la carretera local que une a este pueblo con Facinas.
Otra cosa es el nombre. Hay mucha discusión sobre si “en medio” o enmedio” en la RAE. Y como en Andalucía no tenemos (afortunadamente) academia alguna, conservamos nuestra lengua vivita y coleando. Así que la escribo como ves que, para mí, es como mejor suena.
El molino está situado en un pequeño valle por el que corre el arroyo del Tiradero, que aquí, a veces, se le suele llamar del Raudal, supongo que por semejanza con otro molino situado aguas abajo. Desde la puerta del molino se tiene una hermosa vista de la Sierra del Niño.
Esto es lo que vería los inquilinos del molino cada mañana al abrir las ventanas. El cinturón de árboles forman el característico canuto que esconde el cauce del arroyo. Al fondo, el Cerro de las Cuevas.
El soporte del cao se conserva en bastante buen estado. Y eso que ya debe llevar un buen montón de años sin actividad.
Los cimientos del molino están protegidos por un amplio canal alrededor de toda la casa que desagua la lluvia hacia el arroyo
El cao visto desde la parte de atrás. En su parte final se divide en dos y reparte el agua entre dos cubos.
Los cubos conservan las piedras talladas de la embocadura, aunque la vegetación está haciendo de la suya a lo largo de la obra.
Las paredes de los pozos parecen en buen estado, a falta de una buena limpieza y encalijo.
La parte trasera del molino.
De su fachada este me ha llamado la atención el tamaño de la chimenea. Supongo que serviría para algo más que para calentarse y cocinar.
En una de las fachadas quedan dos piedras. Por sus aros metálicos son del tipo francés, aunque para eso no hacer falta ser un lince; sólo hay que mirar la marca en la pieza de hierro fundido central. La Ferté fue una marca de piedras que procedían de una ciudad francesa con el mismo nombre y que se consideraban las mejores piedras de molino del mundo. Allí fabricaban dos tipos de piedra: las que eran de una sola pieza y las que estaban formada por varias “cuñas” pegadas con un cemento especial y protegidas por un par de aros metálicos en sus bordes.
Los canales de desagüe (cárcavos) alojan en su interior un mecanismo de palas que se mueven por la fuerza del agua al caer por los cubos y que hacen girar un eje el cual, a su vez, hace girar a las piedras que están situadas en el piso de arriba, justo encima de las palas. Y ya tenemos el molino a pleno funcionamiento.
El disponer de dos palas, hace pensar que no hace tanto el caudal de agua era suficiente para moverlas. Curioso si tenemos en cuenta que la siega se hace en verano y que el grano se traería al molino a continuación, es decir, en la época más seca de todo el año. Algo ha debido de cambiar en el clima ¡!
La humedad reinante en estás túneles favorece que un helecho típico de pozos y demás sitios húmedos como el Culantrillo sea muy abundante.
Una máquina “vintage” (como se dice ahora) está aparcada frente al molino. Se trata de un Ebro 160, un tractor procedente de los años 70 y muy común en su época. La verdad es que entre morir aplastado y fundido o seguir disfrutando de estos paisaje, supongo que estará feliz de continuar aquí.