jueves, 29 de marzo de 2018

A través del Chegaga y el Iriki

En la región Souss-Massa-Draa se encientra el desierto de Chegaga que se extiende durante unos 70 kilómetros hacia el oeste de M'Hamid siguiendo el cauce del río Draa. En su interior se encuentra el segundo complejo dunar de Marruecos (el más conocido es el Erg Chebbi, junto a Merzuga) y, aunque las dunas no tienen la altura del Chebbi, es más extenso y más salvaje, por lo que no es tan conocido.
En su extremo más al oeste se encuentra el lago Iriki, a cuyo alrededor Marrueco ha creado un Parque Nacional de más de 120 mil hectáreas para proteger especies como la pequeña gacela Dorca, el Arruí del Atlas, las Abutardas o el Flamenco.



Y una panorámica de 360º en pleno desierto:








El cruce del lago fue rápido y tranquilo. Perdonad el "traqueteo" pero no es fácil conducir y grabar sobre una pista:



jueves, 22 de marzo de 2018

Grabados rupestres de Ait Uazik

Cerca de Zagora, junto a lo que queda de un antiguo lago y del cauce del río Uaazik, encerrada en un valle del Atlas al que se entra por una amplia garganta, se encuentra el pequeño poblado de Uazik. Entre sus casas aun pueden verse restos de viejas construcciones de adobe que formaban el antiguo ksar.
Junto al seco cauce del río, sobre una loma, se pueden admirar una formidable colección de grabados prehistóricos hecho en la roca del lugar, al aire libre.
Son grabados del periodo Neolítico, posiblemente de unos 10.000 años de antigüedad. Además de una larga coleccion de la fauna de la época, he podido observar motivos geométricos y abstractos, pero no he observado ninguna escena de caza o similar. Lo que si se ve a simple vista son las diferentes técnica empleadas, lo que hace pensar en los diferentes momentos de ejecucíon.




























jueves, 15 de marzo de 2018

La Ciudad Perdida

Al oeste del Ksar Tanamuste existe una ruta que atravesando el cauce del Ziz se introduce en la garganta de Chaï er Ras, una zona rica en fósiles y transitada por bastantes camiones pero no por eso menos bonita.
Al otro lado de la garganta te encuentras con un enorme valle presidido por la mole del Aferdou N'Choualhein. A pesar de su aparente sequedad, te cruzarás con rebaños de cabras, dromedarios y burros y no precisamente pequeños. Puede ser que algunos pastores te salgan al paso sabiendo que los viajeros siempre llevan algo que puede despertar su interés: bebida, comida, tabaco, ropa...
 El valle se termina estrechando y te obliga a pasar sobre el cauce de algún afluente del Gheris, que ya te anuncia que se encuentra cerca.
La Ciudad perdida se encuentra justo en su orilla, sobre un promontorio de roca, abriéndose en abanico hacia su cara norte.
Fotografía propiedad de Google. Tomada de Google Earth.

Su nombre es Ksar Ba Hallu. Más que perdida está abandonada y en estado ruinoso, aunque todavía se puede apreciar la distribución de sus calles, casas, torres y murallas.
Desde su posición se pueden controlar el paso hacia el norte, por lo que sería en punto estratégico para el comercio de caravanas, así como de control militar de la zona.
Desde sus murallas se aprecia el enorme cauce del Gheris en su paso hacia la unión con el Ziz, un poco más abajo, para formar el río Dsoura, que se internará en el desierto de Argelia, cuyo límite fronterizo se encuentra a 35 kilómetros en línea recta.


Desde la hamada, el cauce blanco del Ziz y las dunas de Erg Chebi en el horizonte