domingo, 26 de septiembre de 2010

A dónde viajamos…

Panoramio, la aplicación propiedad de Google que nos permite compartir fotos de cualquier parte del planeta, es también una excelente fuente de información turística.

En bluemoon.ee han usado el número de fotos publicadas en cada zona para crear un “mapa térmico” mostrando las regiones más visitadas del mundo.

Aunque no sea una información directamente relacionada con ningún ministerio de turismo, sí nos puede dar una idea de las áreas más visitadas (o por lo menos, las más fotografiadas).

Podéis consultar el mapa directamente en Google Maps, con las herramientas de desplazamiento y zoom activadas.

turismo_mapa

domingo, 19 de septiembre de 2010

El Camino de Santiago: Lezama - Bilbao

Ésta va a ser mi última etapa (por ahora).
De Lezama se sale por la carretera en dirección a Zamudio (y Bilbao), solo que al llegar a este pueblo, a la altura de su iglesia, doblaremos hacia la izquierda para rodear su zona industrial y el aeropuerto.

Cruzaremos una autopista por un puente superior y subiremos la fuerte pendiente del monte Avril (donde notaremos ya la presencia de la gran ciudad en forma de basura por todos lados) primero por una pista forestal y, más arriba por una carretera asfaltada.

Arriba entraremos a una especie de parque urbano, donde aprovechamos para hacer nuestro segundo desayuno, y llegaremos a Bilbao desde arriba.

Bilbao siempre ha gozado de fama de ciudad fea. La desindustrialización ha mejorado esa imagen, y aunque aun quedan muchos detalles, también se encuentran rincones bonitos, como esta calle que debe estar muy cuidada por sus vecinos.

A Bilbao se entra por al casco viejo, por una larga calle en pendiente, donde se encuentra precisamente la Asociación de Amigos del Camino, quienes a pesar de estar de obras, tienen la amabilidad de dejarnos descansar un rato, darnos información e invitarnos a una botellita de txacolí fresquito y frutos secos.

En estos días se han denunciado varias agresiones a peregrinos por parte de pandillas con objeto de robarles, aunque siempre han sido a peregrinos que viajan solos. Como verás no creo que con esta banda intenten algo.

Aquí me quedaré yo, mi viaje llega a su fin, aunque antes damos un paseo por el centro de Bilbao y nos daremos una despedida en condiciones, como tiene que ser.

Mañana cogeré un tren hacia Andalucía, pero esta tarde se la voy a dedicar al museo de arte contemporáneo diseñado por Gehry, y construido por la Fundación Guggenheim.

En opinión de muchos, lo más interesante del museo es el edificio en sí, ya que las exposiciones más importantes suelen ser temporales.

El museo por fuera…

Por dentro…

Y algunas de las obras expuestas.

Una de Andy Warhol…

El conjunto de Richard Serra

O algunas de Anish Karpoor

Y no me pude resistir a “colgar” algunos autorretratos míos. La vanidad.





A la mañana siguiente, un rato de espera y camino casa.

 

El año que viene volveré a repetir porque estos “ruidos” son difíciles de olvidar.

El próximo camino… desde Bilbao.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Camino de Santiago: Gernika - Lezama


Antes de salir del pueblo tienes que pasar junto a los restos del roble que representó en su día las libertades tradicionales de Vizcaya y, por extensión, de los vascos.

Aunque éste no es el árbol original, sino un sucesor. Y desde luego existe un nuevo retoño plantado en otro lugar de esta Casa de Juntas, que es el sitio donde juran los actuales presidentes autonómicos.

Otro sitio que no te puedes perder es éste:

Está a lo largo del camino y lo atiende su dueña con mucho cariño. Se nota en ese pan calentito relleno de una jugosa tortilla de patatas que me supo a gloria y que hizo que desayunara en condiciones por primera vez desde que llegué al País Vasco. Recuérdalo.

Al poco de salir de Gernika comienza una subida que te llevará hasta los altos de Morga y Aretxabalagane (unos 400 metros sobre el mar). El entorno es muy agradable. Discurre entre arboleda y es frecuente encontrar endrinas ( de las que se utilizan para hacer el pacharán) a tu paso.

Hay algunos puntos singulares. El más llamativo para mi gusto es el alto de Morga, que te regala una bonita vista sobre esta sierra.

Cosa que aprovechamos para dejar constancia de nuestro paso por allí. En la foto Eva, Gina y Manu.

Una vez que coronas los cerros y comienza la bajada en la segunda mitad del camino, prácticamente discurre sobre alquitrán, así que no tiene mayor interés, sobre todo cuando alcanzas el llano.

La llegada a Lezama se hace por la carretera de Bilbao que lo corta de parte a parte. Sobre la mitad está el ayuntamiento y un par de calle detrás está el albergue.

Este albergue lo regenta la Asociación de Amigos de los Caminos. Es nuevo y está bien dotado (lavadora, secadora, microondas...), pero solo tiene unas 20 camas.

El hospitalero que nos tocó parecía inspirado en el sargento de hierro, aunque una vez tratado, no era tan fiero el lobo, sino todo lo contrario: se encargo de lavar y secar cuanta ropa sucia traían los peregrinos.

En este albergue vi algo poco habitual. Al ser pequeño lo llenamos enseguida, pero el hospitalero habilitó rápidamente alguna plaza más ¡de suelo, claro! ya que el pueblo no dispone de otras opciones. Pero la cosa no acabó aquí. Algunos peregrinos jóvenes dejaron por propia voluntad su cama a estos otros más mayores que llegaban al albergue mucho más tarde y muy cansados. Fue algo admirable.

La tienda cercana está bien surtida de comida semi preparada y de todo lo necesario para hacerte una buena cena. Y por la mañana encontrarás un bar abierto junto a la carretera para poder desayunar.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Camino de Santiago: Markina - Gernika

La etapa de hoy, teóricamente no es mala. Haremos un puerto al principio y el resto será bajada y pequeñas subidas.

Sin embargo las apariencias engañan. La etapa es larga (casi 30 kilómetros) y con tramos deficientemente señalizados. Hay trozos largos de alquitrán y la temperatura es la propia del verano. Al final, las posibilidades de rutas son varias y terminas haciéndote un pequeño lío.

Quizás, debido a todo esto, nuestro grupo de rompió en pedazos y algunos no han aparecido más (Elena, María Jesús, Marian… ¿dónde estáis? ¡Decidnos algo, por favor!)

La salida de Markina se hace por la carretera de Bilbao, siguiendo un carril peatonal. Al poco, cruzas la carretera por debajo y tomas un camino que se separa de ella por su parte derecha.

Irás remontando un pequeño arroyo que en días de lluvia tiene que hacer las delicias de los peregrinos que lleven botas de agua hasta salir a un pueblecito con un hermoso puente de piedra.

Si no has desayunado en Markina, puedes hacerlo hacerlo aquí en un pequeño bar que está junto al camino, justo donde tienes que torcer para tomar la dirección del pueblo siguiente, Bolíbar (exacto, es lo que piensas, sí).

Se atraviesa rápidamente y empiezas a subir por un camino empedrado que se mantiene razonablemente en buenas condiciones y que te guiará directamente al Monasterio de Zenarruza.

Lo primero que verás son las tres cruces de la entrada con curiosas tallas en sus caras. Ellas te marcan la entrada principal del monasterio que aun se conserva activo gracias al puñado de monjes que todavía viven allí y que amablemente te sellarán tu credencial.

Dentro, tanto la iglesia como el claustro que hay junto a ella permanecen abiertos, por lo que puedes visitarlos tranquilamente. No te pierdas la colección de lápidas que hay delante del altar ni el atrio de madera de la parte delantera con la cabeza de lobo en una de las vigas.

Desde aquí deberás tomar un camino arbolado casi todo en bajada que parece que termina junto a un caserío. No te preocupes, a la derecha hay una cancela por la que podrás seguir hasta desembocar a una vereda que baja hasta un arroyo.

Más adelante te encontrarás una carretera que te llevará hasta un pequeño pueblo llamado Munitibar. Si es la hora de comer no te apresures. Párate en un bar que hay frente al ayuntamiento y pídete el guiso del día con un tintito fresco. Seguro que cogerás fuerzas para lo que te queda por andar.


Foto de Robert Bussen. Gracias Bob.

A partir de aquí el camino debería ser fácil, sin embargo es donde más problemas encontramos.

Te encontrarás con mucho tramos de carretera, alternados con pistas forestales y veredas. Eso no es problema. El problema está en que está en algunos sitios deficientemente señalizado y los trazados alternativos por la carretera de siempre (más cortos) hace que la gente se despiste. Al final, yo seguí el trazado marcado, y para ser sincero, la última subida antes de Gernika me costó lo suyo.

A partir del sitio en que está tomada esta fotografía tienes la última oportunidad para cambiar de ruta.

A partir de aquí, el camino tradicional rodea el cerro en que te encuentras y al final empieza a descender hacia Gernika, por fin.

Desembocas en un barrio situado a un par de kilómetros del casco urbano y a partir de ahí sólo hay que seguir la carretera hasta el centro de la ciudad.

En Gernika no hay albergue de la red, solo privados. Para cuando nosotros llegamos ya estaban llenos los principales y estaban alojando a los peregrinos en una especie de pista deportiva al aire libre.

Afortunadamente nuestro amigo Manu, que había llegado antes, nos había reservado una habitación (gracias Manu) en una pensión llamada Gernika, en todo el centro. Aunque yo tuve mala suerte porque seguramente ese día se habían “olvidado” de cambiar las sábanas de mi cama y se podían recoger un manojo de pelos de los anteriores inquilinos.