Hoy toca partida doble.
Por un lado voy a visitar a pie una serie de abrigos con pinturas rupestres que están situados muy cerca de Albarracín (a unos 4 kilómetros).
Estas pinturas sobre las paredes de rocas se hacían con pigmentos naturales como el carbón, arcillas, minerales, plantas… que se diluían en algún aglutinante de origen orgánico. A veces se realizaban con los dedos o las manos, pinceles de fibra vegetal, plumas e incluso con aerosoles.
Los motivos (animales, humanos, abstractos) y las técnicas fueron cambiando con el tiempo, desde las naturalistas en los primeros tiempos, las semi-naturalistas (como los de Albarracín) hasta los esquemáticos, más modernos.
Las pinturas que se ven en Albarracín se hicieron hace ya entre 10.000 y 8.000 años, en tiempos en que los grupos humanos estaban evolucionando de cazadores-recolectores a productores y ganaderos.
En 1892 se descubrieron las primeras pinturas, formando así el conjunto más importante del llamado Arte Rupestre Levantino.
Empiezo tomando la carretera por la que llegué ayer, hasta un área recreativa en la zona del Navazo. Allí hay un parking, así que desde allí, continuo a pie.
La visita hay que hacerla en dos grupos, ya que las pinturas están repartidas por el pinar pero agrupadas en dos puntos diferentes. Hay algunas más pero están diseminadas y necesitaría otro día al menos.
Lo primero que hago es hacer un recorrido por la zona dedicada a la escalada, más próxima a la carretera. Allí no hay pinturas pero puedo admirar tranquilamente las formaciones de rodeno y los pinos de corteza tan roja como la roca donde se crían.
Vi bastante gente practicando la escalada en los grandes bloques de arenisca con la sola ayuda de las manos (y una colchoneta debajo por si la cosa falla). En muchas partes se ven las manchas blancas que deja el uso del magnesio en las manos para aumentar el agarre. Si perduran en el tiempo, dentro de miles de años habrá sesudos estudios sobre nuestras "pinturas rupestres" de motivos indescifrables.
Hay una pista abierta y bien señalizada. Solo hay que dejarse llevar por ella para llegar a las pinturas. Hay que ser sincero y dejar constancia aquí de que las pinturas son difíciles de ver. Los años, la intemperie y la estupidez humana las ha deteriorado y ha conseguido que muchas de ellas sean imposibles de localizar y ver desde la reja protectora. Además el tiempo seco del verano tampoco ayuda a ello.
La primera que me encuentro es el abrigo de los Toros que también fue la primera que se encontró en 1892 y es, quizás, la más importante de todo el conjunto.
Se han estudiado 19 figuras, entre toros, caballos y otros, así como 5 figuras humanas, aunque en la actualidad son difíciles de ver con claridad.
A pocos metros llego al abrigo de los Cazadores y al abrigo de Lázaro. El primero tiene en sus paredes varias figuras humanas realizadas con trazos grabados en la roca.
El segundo dispone también de varias figuras humanas, pero realizadas con trazos rojos.
Desde aquí tengo que volver al principio para tomar el camino que pasa por el Centro de Interpretación que pasará sucesivamente por el resto de abrigos de la zona hasta llegar al mirador. Tengo que decir que este camino está adaptado para sillas de rueda.
Hace calor pero por el camino puedo disfrutar del olor y la sombra que ofrecen los pinos, las jaras y otros arbustos serranos.
El siguiente abrigo a mi paso es el de Cocinilla del Obispo. Es otro de los primeros descubiertos. A la izquierda del panel de pinturas se ven cuatro toros anaranjados, uno negro y una figura de caballo también en negro. En el centro del panel se ve un toro negro que se ha pintado sobre otro blanco apenas perceptible. A la derecha se pueden ver dos toros más, uno blanco y otro anaranjado.
Otro interesante es el abrigo de las Figuras Diversas. Se puede ver un ciervo en rojo sobre un toro en negro y, a la izquierda de ambos, una figura humana muy estilizada. La información apunta algunas figuras pequeñas más, pero desde fuera es imposible localizarlas
El siguiente a mi paso es el abrigo del Medio Caballo. En la pared se aprecia un caballo incompleto realizado con pintura roja.
A su lado está el abrigo de los Dos Caballos, aunque en realidad solo ha sobrevivido hasta hoy un caballo y la grupa de otro, aunque bastante deteriorados.
Y ya, por último, mi recorrido del arte rupestre va a terminar en el abrigo del Arquero. Se trata de una figura humana desnuda con un tocado en el pelo y un arco en la mano izquierda. Está realizado con trazos finos en color negro y se ha tomado como logotipo de todo el complejo. Parece ser que hay más pinturas en el enorme panel, pero tampoco fui capaz de localizarlas desde fuera.
Al final del camino llegué al Mirador de Peñas Royas, un sitio para mirar lejos y llenar los ojos de la belleza que desprende esta sierra.
La segunda parte del día voy a dedicarla a realizar un pequeño circuito por esta sierra aprovechando una pista forestal que pude ver ayer al pasar por aquí.
La pista arranca desde la misma carretera de entrada a Albarracín y pasa justo por debajo del Mirador de Peñas Royas. Sigue en dirección hacia Gea de Albarracín, pero un poco antes de llegar he girado a la izquierda con el fin de hacerlo un poco más largo.
He seguido esta pista hasta un punto en que se convierte en vereda solo apta para senderistas y ciclistas, así que me veo obligado a girar la derecha en busca del río Guadalaviar y la carretera A-1512.
Este tramo está regular de piso. No quiero ni pensar como se tiene que poner después de una buena lluvia. Mantequilla.
Al menos, el paseo ha servido para admirar un bello ejemplar de sabina.
El río sirve de barrera y para acceder a la carretera no hay más remedio que vadearlo. Es verano y la profundidad, aunque generosa no es excesiva. En pleno invierno habría que venir con bastante precaución. Hoy, junto al río, hay sombra abundante y posibilidad de un buen baño.
Una vez se alcanza la carretera ya todo consiste en seguirla hasta Albarracín. Claro que antes, si te gusta el patrimonio, se puede hacer una parada junto a los restos de la conducción de agua entre Albarracín y Gea que se construyó en tiempos de Roma. Es interesante.
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