Una de las finalidades que yo tenía marcadas en el sur de Marruecos era recorrer el río Draa de principio a fin. Si no tengo en cuenta la parte comprendida entre Tata y Assa dado que es zona prohibida por temas militares, solo me quedará ya por conocer su nacimiento, porque su desembocadura voy a conocerla hoy.
Después de un desayuno al estilo marroquí ( huevo frito o tortilla, aceitunas, queso, mermelada, crema de cacahuetes o de dátiles y, naturalmente, pan fresco) en un pequeño establecimiento callejero el centro de Tantán Playa uno tiene fuerzas para empezar el día.
Nada más salir del pueblo aparece la carretera costera. Una de las primeras cosas que vemos es la garganta del río Irrid. Un fenómeno curioso porque la erosión del río ha excavado la plataforma costera y parece ser que ha partido en dos unas viejas instalaciones militares.
A pocos kilómetros hace su aparición el gran barranco excavado por el río grande del Magreb, y a la izquierda, la desembocadura, un faro marino. Un gran cartel la describe como zona especial, anunciando 24 especies de reptiles y anfibios, así como 72 especies de aves, pero yo debo tener mala suerte porque lo único que veo son algunas gaviotas.
No puedo evitar quedarme un rato admirando esta obra de la Naturaleza.
De regreso a Tantán, hay que esperar un rato parado en la carretera por indicaciones de un grupo de militares: están haciendo ejercicios de tiro y no se puede pasar de aquí hasta que lo autoricen. La idea es seguir costa arriba por una pista que la recorre. Así que voy a entrar por la pista de Tafnidilt y luego regresar a la costa. Tengo entendido que es una pista interesante, aunque no le faltan piedras y tendré que ir un poco más al norte de Tantán a buscarla.
Al poco de entrar se ve a lo lejos la silueta de unas ruinas. Se trata del fuerte Tafnidilt o lo que queda de este fuerte de la legión extranjera francesa que servía para controlar esta parte del río. Hoy se ha cambiado por el Ksar Tifnidilt situado en la colina de enfrente. Mucho mejor.
Cuando se rodea la montaña y subimos un poco del cauce del río Nkhelia, aparecerá delante un campo de dunas inesperado para este sitio. Hay que atravesarlo hasta un paso de montaña bastante dificultoso.
Muy cerca espera una especie de meseta que bordea el cauce del Draa por su lado sur y termina en la orilla del mar. Aquí hace bastante viento y la temperatura no es muy agradable, pero eso parece no asustar a un par de adolescentes que cuidan de un rebaño de dromedarios bastante numeroso.
No puedo dejar de disfrutar de la vista de la desembocadura, ahora desde esta orilla, pero la pista es larga. Cerca de aquí está el Cabo Draa o Cano Nun. A partir de aquí, hasta el río Aoreora (Aurora) se irán sucediendo las aldeas de pescadores una tras otra. Con ellas conviven puestos de vigilancia tanto del Ejército, como de Marina. Según tengo entendido, periódicamente pasa camiones comprando todo el pescado capturado por los habitantes de estas precarias casitas.
Las dunas más grandes están ya cerca de las ruinas del Fuerte Aoreora, en lo alto del río y extremo sur de la conocida Playa Blanca.
A partir de aquí, una serie de decisiones tomadas demasiado deprisa me llevó a realizar demasiados kilómetro innecesarios y sin interés, que voy a omitir para no cansar. El caso es que terminé durmiendo en Ifni que era la meta de hoy.
(pulsa sobre las fotos para ampliarlas)
Como anécdota te puedo contar el final de la serpiente curiosa que hay en la foto. Alrededor del Cabo Nun pude ver a esa serpiente que venía hacia la pista con intención de cruzarla. Me paro para tomarle algunas fotos y ella hace lo mismo. No sé su especie pero sí sé que no es una víbora, ni es una cobra, por lo que puedo estar moderadamente tranquilo. Después de unos segundo observándome sigue su camino sin importarle el coche que tiene delante. El caso es que a la hora de meterse justo debajo me da la impresión que levanta el cuerpo del suelo como si quisiera "subirse" como polizón. Pero se pierde de mi vista y, a pesar de que miro y remiro los bajos del auto, no la veo, así que doy por sentado que ha sido un efecto óptico y continuo la marcha. Algunas horas después y más de 30 kilómetros desde nuestro encuentro, veo que hay algo fuera, en el parabrisas delante de mí, que me mira fijamente. La muy... ha viajado en el motor y ha salido por la parte de atrás de capó, subiendo snórkel arriba, buscando no se qué. Cierro el cristal de la ventanilla, paro y salgo del coche buscando un palo. Pero un palo en este desierto es un milagro. De todas formas, la serpiente se ha dado la vuelta y ha regresado al su refugio del motor. Abro con mucho cuidado el capó y allí no hay nada. Busco y miro por todos lados y al cabo de un rato veo el extremo de su cola: está escondida junto al parabrisas, debajo de unas piezas de plástico que hacen de filtro. La atosigo un poco a ver si quiere salir por el otro extremo y cuando se dirige a la parte de afuera, desaparece de mi vista: se ha metido en el sistema de aire acondicionado con tan mala suerte que el sistema la pilla y, después de hacer ruidos muy raros, vuelve a funcionar con normalidad, con lo que te puedes imaginar que pasó. No pongo fotos para no herir sensibilidades. Sólo te cuento que saqué lo que quedaba de ella, le dí una sepultura adecuada y desde entonces no he vuelto a encender el A/C de mi coche. Esperaré a que de forma natural se momifique o que las hormigas que tengo en casa den buena cuenta de lo que puedan encontrar, si es que encuentran algo.
Posdata. Ya en casa la identifiqué. Se trata de una serpiente familia de nuestra culebra y aunque cuenta con conductos para el veneno en sus colmillos, es poco venenosa para el humano (lo de "poco venenosa" no sé muy bien como entenderlo).
Apéndice:
Anoche, a la llegada a Ifni, apenas hubo tiempo para cenar y preparar el catre. Esta mañana la he dedicado a dar una vuelta por la ciudad, bueno, su casco antiguo. El camping está en la playa, junto a uno de los hoteles con que cuenta Ifni.
La subida hasta La Barandilla está cada año más empinada ¿a que será debido? Allí se encuentra ubicado el edificio del antiguo consulado de España, que perdió toda su utilidad al abrir el consulado de Agadir. En tiempos coloniales albergó la pagaduría militar y aún conserva el escudo de la dictadura en su fachada. El edificio está en malas condiciones de mantenimiento. Existe la intención en transformarlo en un centro cultural hispano marroquí.
En la plaza en que se encuentra se ubican también un hotel, el ayuntamiento y algunos edificios oficiales más. Muy cerca está el faro, ocupando un sitio prominente en el acantilado. Desde alli se ve el puerto y los restos de la cinta transportadora de mineral. Actualmente se está construyendo un acceso nuevo a la ciudad por esta cara. Y a lo lejos, sobre la colina de la otra orilla del río, se aprecia las construcciones de un viejo cuartel, hoy ocupado por las FAR.
El cruce de la avenida Hassan II y la carretera de subida parece el centro neurálgico de la ciudad. Por allí pasa todo el mundo. Por eso es un buen sitio para buscar una terraza y desayunar al estilo del país.
Llenar el depósito y comprobar presiones es lo siguiente. Hoy haremos 100% asfalto. La idea es tomar la carretera de la costa hasta Tiznit . De allí, coger la N1, cruzar Agadir, todo un trabajo del que se sale exhausto, afortunadamente a lo largo de la carretera hay muchos sitios para descansar y en una de esas playas hemos parado a disfrutar del día.
La siguiente parada ha sido Imsouane. La última vez que estuve era un sitio pequeño, con muchos surferos, algunos sitios para comer al borde del agua y algunos apartamentos en las afueras del pueblo. La sorpresa ha sido que ahora es un sitio bastante grande, con muchas construcciones nuevas por todos lados, el pueblo viejo cuesta trabajo distinguirlo, algunos surferos y muchos no-sé-qué-son por todos lados. Cuesta trabajo soltar el coche y antes de parar ya tienes allí a vividor de turno para pedirte el pago por nada. Un desastre.
Hay que salir de nuevo a la N1 sin más remedio y seguir hasta Sidi Kauki, otro pueblo costero que, espero que esté en mejores condiciones. Aunque la hora de llegada es tan avanzada que solo hay tiempo para una ducha y a dormir. El camping está muy bien; pequeño pero con instalaciones aceptables. Por la mañana, la salida es rápida, no es pueblo para ver, sino para vivirlo con tranquilidad. A mí me recordó a Bolonia en sus mejores años. Por cierto, en los mapas aparece con el nombre de playa del Pastor y el Escorpión, seguro que tiene una historia curiosa detrás.
Dejamos de lado Essauira para otro momento más adecuado y tomamos la carretera de la costa hacia Safí, con parada a la altura del Cabo Cantin para comer en un restaurante de la zona.
De allí, haremos noche en El Yadida. Es un sitio que me ha aparecido agradable. Grande pero no demasiado. Mucha gente, pero no agobiante. La ciudad antigua (Ciudad Portuguesa la llaman) es interesante, aunque la lluvia ha fastidiado la visita y sólo hemos podido deambular por las calles del mercadeo.
A la mañana siguiente, es cuestión de lanzarse por la autopista hasta Tánger Med. Si todo va bien, mañana duermo en mi cama.