miércoles, 7 de diciembre de 2011

Piñera – Ribadeo

Hoy va a ser un día importante. Otra etapa del camino se acaba. Se terminará Asturias y comenzará Galicia, la última de las cuatro comunidades que tengo que recorrer.
Salgo de Piñera carretera adelante y en un momento estoy delante de ese puente sobre la autovía que me anuncia que Navia está ya cerca. Me vendrá bien porque la verdad que un desayuno caliente con esta humedad viene de maravilla.
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Navia es un pueblo que da la impresión de haber vivido tiempos mejores. Yo lo voy a cruzar en línea recta hasta el puente que se encuentra al fondo, pero el casco antiguo es bonito y aun conserva viejas casas con estilo.
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Una curiosidad. En una pastelería me encontré una “torta preñá” que no es nada más que la clásica torta de aceite rellena de chicharrones que se hace en mi pueblo. Idénticas hasta en el aspecto, pero separadas culturalmente por más de mil kilómetros. Me compré un pedazo y estuve “chalando” con ella un buen rato.
Dicen que ésta es la ría más grande toda Asturias, por eso se tarda lo suyo en cruzarla a pie por el puente que hay en el centro del pueblo.
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Dejo Navia atrás y voy pasando por diferentes pueblos, no muy lejos del mar pero si arrimarte demasiado a él. Voy dejando en el camino curiosidades, como esas enormes cruces de Santiago que originalmente marcaban el camino al principio del boom turístico. O esos carteles de “Oro No” que tanto te chocan hasta que te enteras que los vecinos están contra la explotación de una mina por los problemas ambientales que trae consigo. O esa vieja escuela donación de algún rico vecino que ahora se cae de vieja.
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Y después de algunas vueltas y revueltas aparece otra ría ante mí. Es la meta de hoy: Ribadeo. Galicia por fin.
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Sólo hay que cruzar el puente sobre la ría y en la otra orilla, a menos de 100 metros está el albergue de la Junta.

martes, 6 de diciembre de 2011

Almuña – Luarca – Piñera

Bajo a Luarca de nuevo a visitar a la fisioterapeuta y después de un rato me pongo en marcha.
Hoy voy a dejar descansar el pie y me he buscando un albergue que está a unas 15 kilómetros nada más,  evitando en lo posible los caminos de tierra.
El día no ha abierto, así que la foto de despedida de Luarca es similar a las de ayer. Tendré que volver en otra época.

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Al principio voy recorriendo los típicos campos verdes de esta zona, donde se topa uno de vez en cuando con antiguos caserones que muestran un tipo de vida muy particular.

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Pero al poco, me incorporo a la familiar 634 que ya no dejaré hasta llegar a La Piñera, mi destino. Estamos en épocas de elecciones y la verdad es que ya estaba cansado de ver las caras de todos los candidatos de cada ciudad, pueblo y aldea que he cruzado. Por lo menos en este pueblo, la propaganda electoral te arranca una sonrisa.

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A La Piñera se llega pronto. El albergue es una antigua escuela que está cerca de esta iglesia, al otro lado del pueblo. La llave te la entrega el hospitalero que vive a la entrada del pueblo en una casa que tiene una llave en la fachada.

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Esta noche, el albergue es para mi solo, por eso aprovecho y pongo mi ropa a secar después de todo el día bajo la lluvia. Además tengo hasta “secadora”.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Cadavedo - Luarca - Almuña

Los excesos se pagan. Esta mañana me he levantado con lo que parece un principio de tendinitis en el pie derecho que no me deja andar, así que le tengo que poner remedio. Necesito un fisio ya, y el más cercano lo tengo en Luarca.
Con la p… cojera he perdido el autobús que se coge en la rotonda de la carretera por medio minuto. Media vuelta y a esperar al FEVE. Mira por dónde lo voy a probar, aunque tengo que esperar aun un poco.
En Luarca he dado con una doctora y una fisioterapeuta muy enrolladas que me han proporcionado un gel y tres sesiones de masaje-corriente-calor entre hoy y mañana respectivamente, y me aseguran que si no hago tonterías con el pie llegaré al final del viaje sin problemas.
Espero que no te hagan falta, pero por si las moscas… ahí tienes sus tarjetas:
Mª Teresa Suárez MartínezCalle Buenavista, 4 Bajo
33700 Luarca
Tel.: 985470633
Noelia Méndez Fernández
Avenida Galicia ,34
33700 Luarca
Tel.:985470352
Mª Teresa, Noelia… llegué.
¡Gracias!
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Así que con tanto jaleo no te puedo enseñar nada del camino. Pero Luarca es un pueblo muy bonito y algo te puedo mostrar de él.
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Esta colección de anises está en el mostrador de un restaurante que se llama La Farola. Está en el centro de Luarca y es un cinco tenedores disfrazado de restaurante casero y familiar. Como el Kiko, no te digo más.
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Algunos peregrinos se lo curra. Ese bordón tiene un trabajo y debe pesar lo suyo. Es tan bonito que le debe dar pena apoyarlo en el suelo. Esta persona llegó conmigo en el tren (y no vi que cojeara ni un poquito siquiera), durmió en el mismo albergue que yo y jamás lo volví a ver hasta Santiago, donde me pareció verlo pasear por los alrededores de la catedral. Cosas raras que pasan en el camino.
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Bueno, ya está bien que el albergue está en las afueras del pueblo, a un kilómetro y medio más o menos, en un pueblecito que se llama Almuña.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Soto de Luiña–Cadavedo

Si ayer fue una etapa rompe piernas por su tamaño, hoy es una etapa tobogán por su perfil. En el tramo de hoy se va a ir alternando subidas y bajadas una tras otras ya que de lo que se trata hoy es de cruzar 4 o 5 valles costeros, no de mucha altura, pero alguno de bastante pendiente.
Por lo demás va a ser un día tranquilo. Poca carretera y mucho campo, como a mi me gusta. La nota simpática la dio este topillo que se había resbalado por la pendiente hasta el alquitrán de la carretera cogiéndole la luz del día en una situación complicada. Mi buena acción del día, que se vio al rato recompensada por un puñado de fresas silvestres que estaban buenas de verdad.
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Hoy, lo que no se anda debajo de la arboleda que hay por todos lados, se hace por grandes prados de yerba, algunos dedicados a la agricultura.
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Aunque en los tramos en que nos cruzamos con la carretera principal es posible encontrar caserones singulares como el de la foto.
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Al final, el día se estropeó y tuve que sacar el impermeable, así que llegué a Cadavedo con prisa. El albergue está en las afueras del pueblo, en una casita que dispone de unas ocho camas y hay que llamar a la responsable que ya te dice dónde está la llave para que te puedas resguardar mientras llega.