sábado, 10 de agosto de 2013

Camino de Santiago Francés I

Llegada a Saint Jean Pied de Port (Francia)

A San Jean puedes llegar por varias rutas. Si no te molesta las curvas, hay autobuses desde el mismo Pamplona. Si te gusta viajar más cómodamente, hay un tren desde Bayona,limpio y rápido. Y a Bayona se puede llegar en tren o en autobús desde Bilbao o San Sebastián, por ejemplo.
San Jean es un pueblo francés bien conservado con un casco histórico pequeño pero muy interesante.
Existe una oficina de ayuda a los peregrinos (donde te facilitarán la credencial e información detallada de las próximas rutas y albergues del camino), más que suficiente para los novatos.
Existe multitud de albergues y pensiones por casi todas sus calles. Desde el albergue público hasta albergues (más bien hostales) fashion para turistas con medios de sobra, pasando por todo tipo de pensiones.
Yo pasé la noche en un albergue privado llamado L’Esprit du Chemin, regido por una hospitalera holandesa, Huberta y un par de simpáticas ayudantes. Huberta es una persona singular y el suyo es un albergue singular que te recomiendo conocer si alguna vez pasas por allí. Si hay un espíritu del camino, sin duda está en su casa.
Cinta 2
Tarjeta

De St. Jean Pied de Port a Roncesvalles

Si has mirado el perfil de la primera etapa, es posible que estés ahora en la estación esperando el tren para Bayona. Más de 27 kilómetros de una subida criminal seguida de una bajada asesina. Es tal su dureza que esta etapa se mide en tiempo y mucha gente mal preparada, desiste del intento.
Pero no te voy a desanimar. Si yo lo he hecho, lo hace cualquiera. Serán unas 8 horas de media que tardaremos en cruzar los Pirineos por este paso: el paso de Roland o de Roncesvalles dependiendo de la cara que se mire. Tómatelo con calma y procura que no se te peguen las sábanas por la mañana, porque el día será largo.
Hay dos rutas perfectamente señalizadas a la salida del pueblo. La de la derecha (por Valcarlos) está indicada cuando el tiempo es malo, ya que evitas tener que coronar los puertos de montaña. Y la de la izquierda (por Orisson) es la clásica. Ésta sigue el GR65 en todo el recorrido.
Mi salida fue al amanecer. Un buen desayuno en buena compañía y casi antes de que pusieran las calles, ya estaba yo cogiendo el camino de Napoleón arriba. A lo lejos el puerto de Lepoeder y entre los dos, un recorrido por un paisaje verde poblado de castaños y nogales, algunos en flor.
La verdad es que la ruta parecía más bien una romería, de caminantes que tenía delante y detrás. La mayoría íbamos a pie, aunque también había locos montados en bicicletas que casi corrían más que yo esas cuestas arriba, je je.
Las vistas sobre los valles de uno y otro lado son inmensas y los descansos para contemplarlas eran unos momentos que las piernas y los pulmones agradecían.
Por fin, después de un par de horas de subida, aparece ante nosotros el refugio de Orisson. Es el primer puerto del día. Allí se puede dormir, incluso en tienda de campaña, por si alguien quiere ganar tiempo y decide hacer este tramo la tarde anterior a la salida. Aunque si el precio de la cama va en consonancia con el del bar… mejor quedarse en el pueblo.
En un momento estaremos a una altura respetable y a nuestro alrededor aparece la vegetación alpina típica salpicada de rebaños de ovejas muy lanudas y de caballo rollizos como vacas.
El siguiente punto de descanso es un segundo puerto en el que han colocado una imagen religiosa sobre unas rocas. Imposible no parar allí y tumbarse un rato sobre la hierba fresca. Contemplar desde arriba estas montañas es todo un lujo y un placer. Lo mismo que quitarse el calzado y caminar sobre esa hierba. Yo aproveché para comerme una bolsa de “peches” que había comprado la tarde anterior.
El asalto siguiente es hasta el tercer puerto: el puerto de la Cruz de Thibault. Ahora en verano te llevas una agradable sorpresa cuando ves el quiosco ambulante que alguien lleva hasta allí. Una bebida fresca y un rato de charla con gente desconocida es casi lo mejor del día.
Cuando ves un pequeño monumento con una cruz es el momento de dejar la carretera y seguir por el sendero que arranca a la derecha. En un momento habrás alcanzado la Fuente de Roland, donde puedes cambiar el agua de tu botella y refrescarte si el día es caluroso. Y muy cerca suya, un hito de piedra tallado con el nombre de Navarra.
Después de un pequeño collado, pasarás por medio de un bosque de hayas que han formado un colchón de hojas secas en el camino. No te digo la sensación de comodidad al andar sobre ellas.
Aunque el placer dura poco porque al momento saldrás de allí y tendrás delante el refugio de Izandorre. Las guías lo marcan como que tiene teléfono, pero yo sólo vi mucha basura en su interior. Por esta parte de la pista ya aparecen unos hitos de madera con el teléfono de emergencias, por si alguien no se lo ha aprendido aun. Si te fijas en su numeración, a partir del número 38 podrás captar compañías españolas en tu teléfono, aunque puede que se pierdan a ratos.
En un periquete pasarás por el paso de Lepoeder y ya habrás coronado el punto más alto de la ruta. Enhorabuena. Desde aquí, si el día está claro, apreciarás el valle con la población de Burguete y la Abadía de Roncesvalles cerca de ella.
Ahora, la bajada. Aunque el camino presenta una bifurcación. El GR12 dobla a la derecha, mientras que el camino está indicado a la izquierda. En la asociación de San Jean aconsejan seguir el GR12, un poco más largo (sólo 400 metros) pero más suave y amigable para tus rodillas. El camino tradicional se convierte en una fuerte y larga pendiente que aunque discurre a la sombra de frondosos bosques, no evita que tus rodillas y tus pies tengan que hacer un trabajo extra. Yo no te puedo aconsejar sobre el GR. Lo que sí puedo decirte es que la bajada tradicional estaba regada de gente tocada que habían gastado sus últimos cartuchos. Aunque ninguno estaba como para tirarlo a la basura todavía y con un poco de esparadrapo quedaban casi como nuevos.
El caso es que que de sopetón te encuentras junto a la Abadía de Roncesvalles. Aquí hay dos albergues: el nuevo, dentro del edificio de la Abadía, y el viejo, en un edificio anexo frente a los restaurantes, aunque sólo se abre si se llena el nuevo. Sigue a la gente y entra al albergue. Una serie de hospitaleros alemanes te atenderán y te pondrán en cola, no sin antes hacerte soltar la mochila y los zapatos fuera de la recepción. Tienes que rellenar una ficha (incluso pidiéndote datos que legalmente no se puede pedir) y pagar el “donativo”. Y si te sobre dinero, las paredes y el mostrador están llenos de “chucherías del caminante” por si aun necesitas un recuerdo más.
El albergue está bien. Limpio y moderno, con taquillas para guardar tu mochila. Aunque si llegas tarde y te mandan al albergue viejo, te aconsejo que sigas hasta Burguete y te busques la vida allí: el edificio, muy bonito, pero algunos colchones y almohadas son motivo suficiente para una inspección de sanidad.
Como dato práctico, toma nota que los restaurantes sirven menú nocturno sobre pedido, así que no olvides reservar tu plaza en alguno de ellos. Lo mejor es que tienen WiFi y cerveza fresquita.
En fin, una etapa complicada por las muchas horas de subida pero no imposible. Llévate agua, algo de fruta o lo que prefieras y una buena dosis de paciencia y tranquilidad.
Sellos 1
Para descargar el archivo kmz de la ruta pica aquí.

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