Cualquiera de esos nombres se refiere a una preciosa isla situada en medio del Mediterráneo, reserva de la biosfera desde hace ya más de 20 años y que se ha ganado el nombre por oposición a su hermana mayor (Mallorca) situada a poco más de 45 kilómetros al sur, equidistante entre Europa y África y entre las penínsulas Ibérica y la Itálica.
Es un pequeño conjunto rocoso (aproximadamente 50 X 17 kilómetros), ligado a las cordilleras Béticas que, en la península Ibérica, arrancan en el peñón de Gibraltar, recorren Andalucía hacia el Noroeste, atraviesan tierras del Levante peninsular, se sumergen en el Mediterráneo y afloran de nuevo en las islas Baleares. Uno de estos afloramientos es Menorca.
Aunque por su tamaño podría parecer otra cosa, en realidad está formada por dos zonas muy distintas. Una norte formada por terrenos muy antiguos (era Primaria y Secundaria) y otra mitad sur de origen más moderno (era Terciaria). Esto es así porque hace unos 12 millones de años, esta mitad sufrió un proceso de inundación del mar que hizo que se desarrollaran arrecifes de coral que, a su vez, han dado lugar a la formación de las rocas calcáreas y a los suelos que hoy podemos encontrar en ella.
Tanto su flora como su fauna son las características de los biotopos mediterráneos nuestros, aunque se puede disfrutar de algunas subespecies de lagartijas. En lo que a vegetación se refiere, podrás ver acebuche, encina y diversas variedades de pino entre las de porte alto. Lentisco brezo, murta, adelfa, zarza… entre las principales de porte bajo. Y en cuanto a la fauna, encontrarás pequeños mamíferos (conejos, murciélago, ratones…), reptiles (tortuga mediterránea, lagartijas, serpientes…), insectos y una larga lista de aves (en función del biotopo que pises). Y en temporada, es visitada por algunas aves emigrantes africanas.
En cuanto a la especie humana, está presente en la isla desde el Neolítico. Fueron personas procedente seguramente de la península y que hasta la llegada de comerciantes y conquistadores de otras partes del Mediterráneo, tuvieron tiempo de desarrollar tres culturas diferentes:
- Una primera aun poco conocida, integrantes de la Cultura del Argar del levante andaluz, que se manifiesta en cuevas de habitación/enterramiento que se pueden encontrar en bastantes puntos de la isla, principalmente en los barrancos y en los acantilados.
- Una segunda que nos dejaron los monumentos funerarios denominados Navetas.
- Y una tercera, responsables de los poblados Talayóticos y ese monumento megalítico característico en forma de T denominado Taula.
La rotura de Roma trajo a esta isla a vándalos y bizantinos. La caída del Imperio Bizantino, dejo paso a la Cultura Islámica. Y a la pérdida de poder de ésta, dejó la puerta abierta a las intrigas entre el Reino de Aragón y el de Mallorca hasta la desaparición de éste último. Desde aquí, la historia podría haber sido similar a la de cualquier otro pueblo ibérico si no fuera por los periodos de ocupación inglesa y francesa de la isla en el siglo XVIII y alguna que otra curiosidad a lo largo de los siglos XIX y XX, que ocuparían demasiado sitio aquí y que puedes encontrar en cualquier libro de historia.
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