De todas formas, el entorno es muy bonito. Se atraviesa zonas rurales entre colinas suaves, alternando los prados de yerba con las zonas arboladas.
Lo más interesante, esta ardilla que me estuvo observando mientras pasaba y esta japonesita que repartía abrazos gratis (mira la bandera) a todo el que se cruzaba con ella y que venía de los acampados del 15M de Santiago.
Al final llegué a Negreira algo tarde y el albergue se encontraba repleto de la gente que venía de Santiago que está a dos pasos.
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