Por la mañana dejo a los barquereños y su fiesta y me pongo en ruta hacia Asturias ya. Me imagino que como han estado la noche antes de fiestorro apenas me voy a encontrar con gente. Pero me equivoco. Mientras que busco por unas callecillas una panadería de la que me llega un tufillo de pan caliente que te abre el apetito, me topo con una pandilla que todavía no han terminado su fiesta y que vienen bailando en corro calle arriba. No se cortan los tíos: al grito de ¡peregrino, ooo-eeee! me incluyen en la fiesta y casi me tengo que tomar un pelotazo a las 7 de la mañana.
Y más adelante, al doblar una esquina, me encuentro a una banda de gente del pueblo que empiezan a dar una serenata a una señora mayor que hay asomada a una ventana. La música es bonita y me espero a que terminen. Es como cuando en mi pueblo te despertaba una banda que iba tocando por las calles, solo que aquí van de ventana en ventana dando serenatas. Cuando se marchan, la señora me cuenta muy emocionada que su marido, ya fallecido, fue el “inventor” de esta banda y de esta costumbre, hace ya medio siglo más o menos, y que ahora, sus herederos han venido para recordarlo.
A la salida del pueblo encontramos rastros de la fiesta nocturna…
…pero el paisaje es tan magnífico que reclama toda mi atención.
El paseo de hoy no será largo. Discurre por pequeñas poblaciones y por zonas más o menos boscosas. Lo más destacado a mi entender es el punto en que arranca un brazo de este Camino del Norte: El Camino Lebaniego.
Resulta que en Cantabria hay un monasterio, el de Santo Toribio de Liébana, que guarda una reliquia importante para los cristianos: un trozo de madera que al parecer pertenece a la cruz donde los romanos crucificaron a Jesús de Belén. Por esta razón, este sitio es uno de los 4 sitios de la cristiandad (los otros están en Jerusalén, Roma y Santiago) en los que se puede ganar un perdón para no tener que pagar por los pecados que se cometan.
Pues este camino arranca de un sitio llamado Herrerías, cerca de La Barquera, y cruza la comarca de Liébana hasta otro pueblo llamado Turieno, en los Picos de Europa, que es donde se encuentra el monasterio. Este punto está marcado como ves en la foro de abajo: el camino del Norte sigue hacia el Oeste, mientras que el Lebaniego toma dirección Sur.
Unos cuantos trechos más y, casi sin darme cuenta, me encuentro en Unquera, el sitio por donde tengo que cruzar el río Deva.
Para mí, Unquera tiene dos cosas dignas de destacar: la primera, que es el sitio desde donde podemos acceder al desfiladero de La Hermida, un paso natural hacia Castilla que cuenta con un paisaje fabuloso. La segunda, son sus “corbatas”, un pastelito de hojaldre y merengue que se parecen un poco a los “pescaitos” de Los Barrios, aunque (lo siento) no hay color.
Al desfiladero no puedo ir porque me retrasaría demasiado, pero a las corbatas sí puedo llegar. Así que me compro un par de ellas y cruzo el río con energía suficiente para subir la cuesta que vienen ahora
Desde lo alto de la cuesta se puede apreciar Unquera y los montes que acabo de cruzar. Allí me encuentro una pequeña capilla. No sé si la han puesto aquí con la idea de subir a rezar o para que los que suban tengan un motivo para descansar un poco.
El pueblo se presiente a lo lejos y el camino es llano desde aquí. Tan solo me entretiene estos paisanos que están vistiendo de verano a sus ovejas. Me causa admiración lo paciente que son (las ovejas, no los esquiladores)
Y por fin piso Asturias. Colombres es el primer pueblo asturiano y así lo deja claro este azulejo que me encuentro en la entrada del pueblo.
La verdad es que es bonito. Muy cuidado y con casas interesantes. La que más, este Museo del Indiano que no pude visitar por la hora que era ya.
Entre otras cosas curiosas que pude encontrar, está esta calle con este nombre tan rebuscado…
…y estos bichitos que correteaban por el dormitorio del albergue (privado, encima) como Perico por su casa. Ellos, o mejor, ellas fueron las causantes de que todos los presentes nos tuviéramos que cambiar de sitio a las 11 de la noche y de tener que revisar centímetro a centímetro toda la mochila. ¿Adivinas qué son?
Buena entrada en Asturias.
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